LA CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DEL CONEJO DE PASCUA
“Happy Easter Day”
Recuerdo cuando mis hijos me preguntaban ¿a
qué hora va llegar el conejo de pascua?, y mi hija se me acercaba: - papá me tienes que jurar y decir la
verdad ¿existe el conejo de pascua?, aquellos hermosos ojos me miraban con ternura
esperando esa importante respuesta “SI mi amor, si existe”.
Pregunta por la que todos los padres pasan alguna vez en su vida, y
también preguntas sobre Santa Claus, las Hadas y un sin número de seres creados
por quién sabe quién, que han vivido en cierta forma en nuestra realidad
infantil y que nos han acompañado en esos cientos de cuentos e historietas que vimos
en la TV y el cine.
Al final todos estos personajes se tornan reales en nuestra imaginación, se
convierten en parte de nuestras vidas, hay que admitir quien no se ha imaginado
compartir y jugar con alguno de ellos, podremos crecer y envejecer, pero dentro
de nosotros siempre hay un niño que quiere creer. Solo al mirar a
mis hijos y veo en sus rostros una felicidad increíble y esa magia del mundo de
nuestra imaginación.
En mi caso, es un virus familiar que se ha venido transmitiendo de
generación en generación, y es un pretexto para que la familia lo pase bien. Uno
de mis hijos estaba con una amiga y esta le pregunto irónicamente, “crees en el Conejo de Pascua” el
astutamente la miro y la tomó de las manos, respondiéndole con una pregunta: ¿y tú no?
para crear un
medio más de comercialización de diferentes productos; probablemente tengan un
poco de razón sobre lo último, pero la verdad que no me importa, no me hace
daño, al contrario, disfruto con mi familia.
El domingo de pascua, siempre
tendrá un significado muy importante para todo el mundo cristiano, “celebrar
la resurrección de Jesús”, él ser más maravilloso y especial que pueda
haber pisado la faz de este planeta, pero no tiene nada de malo que coincida
con una celebración menor como es la de este tierno Conejo de Pascua que me
imagino se debe estar preguntando por qué me crearon en el medio de estos grandes
eventos.
Origen de la celebración del Conejo de Pascua
Los orígenes del conejo de Pascua
no están muy definidos y son inciertos, parece que la elección del conejo como
símbolo para celebrar la Pascua se debe a su conocida capacidad de procreación,
de gran valor simbólico en las fiestas dedicadas a la primavera y a la
fertilidad de la tierra tras el fin del invierno en Europa.
Hay pre precisar que antes de
Cristo, el conejo ya era un símbolo de la fertilidad asociado con la diosa
fenicia Asarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En los países
anglosajones esta diosa se denomina Easter y en su honor se celebraba la fiesta
de la Pascua. Esta era originalmente la festividad de la primavera y servía
para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera. En el siglo VIII,
los anglosajones trasfirieron el nombre de Easter a la fiesta cristiana que
designa la celebración de la Resurrección de Cristo, adaptando el nombre de la
fiesta pagana en las tradiciones cristianas.
Una de las historias que más me
gusta, es la referente a cómo se juntan la celebración cristina con la del
conejo de pascua, “cuenta que un conejo estuvo encerrado en el sepulcro junto a
Jesús y presenció su resurrección. Al haber presenciado el milagro, y salir de
la cueva junto con Jesús, se dice que fue elegido como el mensajero que debería
comunicar y recordar a todos los niños la buena nueva, regalando huevos
pintados, que actualmente también son de chocolate y otras golosinas durante la
Pascua, y la costumbre de esconder los huevos pintados en los jardines de las
casas, simboliza la persecución de Jesús por parte de Herodes y la intervención
de Dios para evitar ser encontrados”.
Así mismo cuentan que en la antigüedad la Iglesia no aconsejaba el
consumo de huevos durante la Cuaresma. Sin embargo, las gallinas seguían
poniendo huevos, tirar los huevos hubiera sido un pecado, de tal forma, que no
quedaba más remedio que guardarlos. Como conseguía después de unos días existía
una sobreabundancia de huevos a los que había que dar salida. Por lo que el
domingo de Resurrección, era el primer día en el que este precepto ya no regia
y se convertía en la fecha en lo que lo mejor era compartir o regalar los
huevos que no se habían consumido durante la Cuaresma. De esta forma, fue
naciendo una costumbre. Ofrecer una cesta de huevos frescos era sin duda un
magnífico detalle, pero si además los huevos se coloreaban o se pintaban se
convertían en un auténtico regalo. En el siglo XII la Iglesia bendecirá la
costumbre de regalar huevos como símbolo de resurrección a la salida de la misa
de Pascua.
Por otro lado no fue hasta el
siglo XVIII cuando esta costumbre fue introducida en Estados Unidos por
inmigrantes alemanes, para el deleite de sus hijos. La celebración de “Oschter
Haws”, como se le conocía para aquel entonces, era tan esperada como el día de
Navidad. Los niños construían pequeños nidos, y los escondían en algún lugar
recóndito de la casa, en el jardín esperando la visita del conejo de Pascua y
les dejara regalos y golosinas. Al igual que en la Navidad, solo los niños que
se habían portado bien durante el año, recibirían la visita del esperado
conejo.
Hoy en día, la celebración de la
Pascua y su peculiar mascota, se ha convertido en un festival primaveral con
una increíble gamma de tonalidades pasteles, decoraciones alusivas a la ocasión,
donde sin importar religión los niños de casi todo el mundo lo celebran con
entusiasmo y alegría.
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