4th of July
Han pasado los años y recuerdo como si fuera ayer
cuando llegue arrastrado por las olas del destino al país del sueño americano;
no porque lo deseara, fue mi única alternativa, era la única luz que podía
sacarme de las garras de la adversidad.
Nunca voy a entender como gente inescrupulosa utiliza
sus conocimientos para aprovecharse de la desgracia de otros; en mi caso, había
sido estafado por un abogado sinvergüenza, esos que se hacen pasar como buenos
y se meten en tus vidas para después sangrarte como vampiros. Finalmente te das
cuenta que se han aprovechado de ti y has caído en sus redes, te empujan a
renunciar a todo lo que tienes para huir de su veneno.
Para costear el viaje, tuve que mal baratear mis
bienes y hacerme de una bolsa de viaje que nos pudiera dejar subsistir hasta
que tuviéramos más claro nuestro panorama. A si con mi esposa, mis
dos hijos y mi abnegada nana, renuncie a mi vida, mis padres, amigos y por todo
lo que había trabajado y luchado hasta ese momento, arrastrándolos a ellos en
esta aventura.
Fue un largo, aun lo recuerdo como si fuera ayer, eran
miles de preguntas que me hacía a mi mismo, en que había fallado; miraba las caras
de mis pequeños hijos, ellos me daban la fuerza que necesitaba en esos momentos,
son mi legado, la razón de mi existencia; una y otra vez me maldecía por haber
confiado en ese sinvergüenza.
Llegamos a Miami, para mis hijos este era un viaje de
vacaciones; Al salir del terminal del aeropuerto veía la gente correr a recibir
a sus conocidos y amados, era un día de San Valentín, todos los hoteles estaban
llenos, finalmente conseguimos uno donde los cinco nos tuvimos que acomodar en
una habitación, era un hotel de los que ya no existen en South Beach, las
cucarachas tenían una fiesta por las paredes y el ruido en las otras
habitaciones no nos dejaron dormir durante toda la noche.
No era mi primera vez en Los Estados Unidos, había
venido muchas veces por negocios, pero nunca me imaginé que traería a mi
familia a vivir aquí, siempre fui aferrado a mi nacionalidad y a mis
tradiciones, pero solo Dios sabe lo que a uno le espera.
Al día siguiente recomendado por unos amigos fui a ver
a una mujer que supuestamente me ayudaría a conseguir la residencia, pero nunca
me imaginé que está mal nacida al final no haría nada y me robaría como a otros
emigrantes sistemáticamente el poco dinero que tenia.
El tiempo pasaba y desesperado por que el dinero se me
acababa comencé a tocar las puertas de mucha gente con la que había hecho
negocios anteriormente, todas me decían que apenas tuviera mi permiso de
trabajo me ayudarían, una respuesta política para decirte que no.
Finalmente viajamos a un pueblo a 6 horas de Miami y
comencé a trabajar en lo que pude, primero ayudaba a un hombre a entregar
periódicos por la madrugada, por las noches ayudaba a un latino limpiando
oficinas y por el día conseguí trabajo en una tienda de abarrotes y carnes
latina. De esta forma trabajando los siete días de la semana 16 horas diarias
pude pagar casa, comida y un poco de tranquilidad. Aun recuerdo que para colmo
de males al lado de la casa que alquile, vivía un agente de migraciones que
trabajaba arrestando a los ilegales, al principio vivíamos con un miedo
aterrador de ser deportados, pero poco a poco se fue disipando con el transcurso
de los meses, ellos también son seres humanos.
Como si el demonio los reprodujera en docenas una abogada nos volvió a estafar con la promesa de la residencia, este tema es muy
común dentro de los que buscan el ansiado Green Card, luego de prometerte que
la van a conseguir para ti, no tienen ningún problema en decirte que
Migraciones rechazo tu pedido.
Poco después de enterarme que nunca llegaría mi
permiso de trabajo decidí regresar a vivir a Miami, ahí conseguí un empleo en
una gasolinera lavando autos, me daba tanta rabia no poder desempeñarme en algo
mejor, tenía una carrera universitaria y hablaba inglés, me sentía competente,
pero nada podía hacer. Mis hijos a Dios gracias no fueron discriminados por su
estatus migratorio y pudieron asistir al colegio, fue un choque tremendo, de
hablar español y estudiar en un colegio italiano a llegar a Estados Unidos y
hablar inglés, pero son como esponjas, asimilan rápidamente.
Dentro de todo la paga era buena y las propinas
también, pero para hacerme respetar y no dejar que mis diez compañeros
haitianos me maltraten tuve que agarrarme a golpes uno por uno, con todos.
Nunca tuve vergüenza de lo que hacía, de ser un empresario a lavador de autos,
tenía que mantener a mi familia, muy dentro de mí, sabía que si todo salía bien
tendría una nueva oportunidad para mí y para mi familia, porque sé que este
país da frutos al esfuerzo y la perseverancia; pero también no puedo
negar que pase muchos días en depresión y llorando a solas, preguntándome que
pasaría mañana.
Unas semanas después de llegar a Miami conocí a un
buen abogado, definitivamente una excepción a la regla, que finalmente encontró
la fórmula para poder conseguirme un status migratorio para toda mi familia y
el ansiado permiso de trabajo. Desde que llegue nunca deje de pagar mis
impuestos, me sentí parte del sistema, de alguna forma u otra era un grano de
arena que aportaba a este país a ser lo grande que era.
Coincidentemente o porque el trabajar duramente estaba
rindiendo sus frutos, me llego mi primera tarjeta de crédito con US$ 2,500 de límite
de consumo. Con ese dinero, rente una pequeña oficina, la amoblé y comencé
hacer lo que sabía hacer; pese a que todo el mundo me decía
que había mucha competencia este este negocio, mi
perseverancia y el deseo de bienestar para mis hijos supero cualquier carga
negativa y transformo ese esfuerzo en éxito, ya que después de algunos años,
este negocio seria uno de los más importantes en su rubro.
Han pasado muchos años desde que realice esta cruzada,
mis hijos tienen hoy una vida hecha en este país, incluso han luchado
defendiendo la igualdad, libertad y la democracia de este maravilloso país.
Pero igual espero que ellos nunca se olviden de sus
raíces y de cómo llegamos a él, lo mucho que luchamos, que recuerden, que ellos
son parte de lo que hace fuerte y grande a Los Estados Unidos, y que su
diversidad cultural, esa mezcla maravillosa, hace de este país un lugar
extraordinario y único.
Para todos ellos que viven el sueño americano “ Happy
4th of July”.
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